La evolución social y tecnológica exige a la ginecología abandonar tabúes y aportar soluciones a todas aquellas patologías olvidadas de la mujer, enfocada en mejorar la funcionalidad, la estética íntima, la percepción de las sensaciones y el placer en la respuesta sexual.
Permitir a las mujeres expresar sus necesidades y solucionar sus problemas ginecológicos y sexuales, y por supuesto no aceptar como normal, por ejemplo, la sequedad vaginal, el dolor en el coito, un prurito o un dolor crónico, la incontinencia de orina.
Se trata de mantener los genitales saludables y no sólo bellos, pero también bellos, pues la estética también es parte de nuestro mapa mental, social y cultural, y verse estéticamente bien, resulta que también es saludable, porque influye en nuestro bienestar emocional.
Según la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, el 50% de las mujeres sufren en silencio patologías vulvo-vaginales.